“El más largo aprendizaje de todas las artes es aprender a ver”
Jules Gouncourt (1830-1870)
No sé si has tenido alguna vez la siguiente experiencia: sostener el brazo a alguien, pedirle que lo relaje, la persona decir que ya está relajado, soltárselo de repente y quedarse el brazo de la persona en alto, en el mismo sitio. Se trata de una circunstancia curiosa que refleja un fenómeno interesante. La persona cree que su brazo está suelto, pero en realidad todavía lo sostiene.
En el diálogo interno imaginario de esta persona con los músculos de su brazo podríamos oír algo así como:
Lo mismo que sucede con las sensaciones corporales relacionadas con la posición del cuerpo. En ocasiones pensamos que estamos centrados (en el eje natural de alineación), y al pasar ocasionalmente por un escaparate de algún comercio, vemos el reflejo de nuestra figura y comprobamos que no es así, que en realidad estamos o un poco adelantados, o un poco ladeados, o …
La imprecisión de la percepción interna es algo muy frecuente, pero ¿por qué sucede?
El fenómeno de la habituación
Si progresivamente te has habituado a una cantidad excesiva de energía para pasar el arco, soplar o bajar las teclas, considerarás normales y adecuadas las sensaciones relacionadas con dicha acción. En ningún momento advertirás que haces más de lo necesario. Tus músculos aportan la misma información que en la anécdota anterior de soltar el brazo: todo va bien, ninguna tensión.
De la misma manera, si estás habituado a acercarte bastante a la partitura mientras lees una nueva obra o mientras estudias, es muy probable que tengas la sensación de que estás sentado o de pie en el eje, cuando en realidad tu cuerpo se encuentra adelantado.
Esto sucede porque el mecanismo encargado de aportar a nuestra consciencia la información de nuestro cuerpo altera poco a poco los datos. Nos vamos acomodando lenta y paulatinamente a niveles altos de activación muscular o a posiciones defectuosas.
La costumbre confunde nuestras sensaciones
Con el tiempo nuestro cerebro interpreta que no existe tensión, o desajuste posicional. Como consecuencia de ello llegamos a creer por ejemplo, que nuestros hombros están libres, cuando en realidad los estamos elevando nosotros mismos. O que los hombros están abiertos, cuando en realidad están ligeramente hundidos hacia el pecho.
Lo normal en estas circunstancias es permanecer en la incomodidad, realizando de continuo un esfuerzo innecesario, e impidiendo disfrutar con plenitud de la música.
Aquí tienes algunas de las características de las percepciones internas distorsionadas:
- Son equivocadas o imprecisas.
- Nos conducen a funcionar peor en la actividad musical.
- Suelen aportarnos seguridad, aunque no sean efectivas.
- Se escapan a nuestra consciencia.
- Estamos tan acostumbrados que nos incomoda actuar sin ellas.
Conclusiones
Nuestra forma cotidiana de hacer música está tan arraigada que nos parece correcta y fiable. No nos importa lo mal coordinados que estemos, simplemente nos parece bien.
- Pero es importante comprender que funcionamos a partir de nuestras sensaciones musculares y posicionales. Son nuestros datos de navegación.
- Si esta información está equivocada, no llegaremos probablemente a disfrutar de sensaciones corporales gratas y satisfactorias, sino que nos mantendremos divagando por la incomodidad.
- Conseguir que nuestras sensaciones internas sean fiables resulta más importante de lo que parece.
REFLEXIONES
- ¿Sueles observar aspectos que tienen que ver con la posición de tu cuerpo al hacer música?
- ¿Consideras que la información interior que recibes es útil para mejorar tu actividad musical?
- ¿Crees que son fiables tus sensaciones internas relacionadas con la tensión muscular?
- ¿Y las relacionadas con tu posición?
- ¿Qué crees que puedes emprender para hacer fiables tus sensaciones internas?
- ¿Te grabas en vídeo de vez en cuando con el fin de analizar cómo es tu postura y tus movimientos?
INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA
En este vídeo de TED Educación dispones de una interesante explicación de la interacción cuerpo-mente que ayuda a comprender mejor nuestras sensaciones corporales. Hay subtítulos disponibles en español.
Este artículo está basado en el contenido del libro «Las claves del aprendizaje musical».